viernes, 22 de febrero de 2013

Sierra de las Grajas (Jumilla)


EN el centro y al final, Cueva del Peliciego
 Día 17 de febrero de 2013. El grupo Hinneni ha realizado en este día una bonita ruta por la Sierra de las Grajas. Calificada como de dificultad “alta”, ha hecho que no fuésemos muchos los participantes, pero la dificultad ha sido compensada por las vistas, por la Cueva del Peliciego, la cueva del Peligro, la impresionante cresta de la sierra…

Hemos empezado a andar en la pedanía jumillana de La Alqueria, a escasos kilómetros de Jumilla, en la carretera hacia Yecla. Por su calle principal nos dirigimos hacia el oeste buscando las faldas de la sierra. Debemos subir por esta ladera, la Solana de la Alquería. Al final de la calle tomamos a la derecha un camino que nos lleva a un pequeño monte que dejamos a nuestra izquierda.

Vamos viendo ya en la parte alta de la sierra la cueva del Peliciego o de los Murceguillos. Se distingue por una gran piedra que hay en su entrada. Empezamos a subir por el barranco que está justo antes del que está la cueva por la parte más profunda del barranco, con muchos trozos de roca viva salvando una gran altura en poco terreno.

A media altura pasamos al barranco de la cueva, nuestro primer destino de la ruta. Las vistas hacia el sur se quedan ocultas por la espesa niebla aunque en esta zona se va a aclarando ya. Por fin llegamos a la cueva, vemos sus pinturas, bueno, lo que queda de ellas, protegidas por una reja, pero que se encuentra abierta. ¡No sé para qué tanto esfuerzo en subir hasta aquí estos hierros!

Al fondo, Peñarrubia; delante, Monte del Estudiante

CUEVA DEL PELICIEGO:

El profesor J. Fortea Pérez, en su trabajo titulado “Las pinturas rupestres de la cueva del Peliciego o de los Morceguillos” (1974) dice que estas pinturas no son gran cosa, pero sus fases y estilos pictóricos se integran dentro del arte esquemático levantino, encuadrado entre el final del Neolítico y el principio de la Edad de Bronce. Este investigador distingue 14 figuras: tres de ellas humanas, aunque dos de ellas solamente se representa la parte inferior, una cabra, un ciervo, siete équidos estilizados y dos manchas de color de difícil interpretación. Don Jerónimo Molina comenta en su “Carta Arqueológica de Jumilla” que la técnica empleada es la tinta plana y en dos figuras concretas se aprecia el procedimiento previo de perfilar la silueta con una línea fina para después rellenar de color. Según estos autores se trata de una posible temática de carácter mágico: la representación de un ganado doméstico (por el hecho de que todos los animales miren hacia el mismo lado) y de unas divinidades que parecen tener relación con la misma ganadería (representadas por las dos medias figuras humanas que se apoyan sobre los lomos de los cuadrúpedos).

Choca que estas pinturas fuesen declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 y se encuentren en este estado tan lamentable. La prioridad máxima es conseguir la conservación de las pinturas y su entorno, así como su puesta en valor, para que el público visitante aprecie su valía y necesidad de protección. Cerca de este yacimiento se encuentra el cercano de los abrigos del Buen Aire, algo mejor conservadas.

Además de las pinturas, la cueva constituye un yacimiento en el que se han encontrado diverso material de varias épocas. Cabe destacar media piedra de molino, lascas, cerámicas lisas, acanaladas, pintadas y terra sigillata, así como huesos humanos.
La cueva tiene un desarrollo longitudinal de 75 metros
Peñarrubia
Desde la cueva seguimos hacia la cima, para lo cual salimos en dirección este, a la misma altura, para hacer un zig-zag buscando un paso un poquillo complicado. Lo distinguiremos porque tiene una gran piedra justo en el paso, en posición horizontal, encajada en el cauce. Una vez salvado enseguida estamos en la cima de la sierra. Su altitud sobre el nivel del mar es de 869 metros. Damos vista hacia el norte, teniendo justo enfrente y a escasos metros las paredes de la Peñarrubia, y entre ésta y la cima en la que nos encontramos el pequeño monte del Estudiante. Los lugareños dicen que es una cagada de un gigante que puso sus pies, uno en la Pañarrubia y otro en las Grajas, siendo el Estudiante el resultado de su ocurrencia escatológica. Más a la derecha vemos la Sierra de la Cingla envuelta en una suave niebla. Nos acercamos hacia el oeste para llegar al mismo borde, justo encima de la carretera de Jumilla-Fuente Álamo. En el borde la pared vemos varios tornillos empotrados en la roca pertenecientes a las numerosas vías de escalada que a esta altura tienen su fin. La pared, en algunos tramos tiene más de 130 metros de altura. Después volvemos hacia el este por toda la cresta de la sierra y en una suave bajada pero por terreno abrupto y roca viva y suelta. Algunos restos de pequeños lapiaces van horadando la caliza. Fruto de ello es la gruta o sima del Peligro que encontramos enseguida. Tiene dos aberturas, una encima, más grande pero de difícil acceso y otra más pequeña, pero que permite una entrada más o menos accesible encajonados entre las rocas. Una vez dentro de la sala podemos ver una higuera y una curiosa planta que nace de la roca viva. Tiene un balcón hacia la parte de la umbría pero con una cuesta no aconsejable bajarla. En definitiva, una curiosa formación de la que yo desconocía su existencia.
Cueva del Peligro
Después de almorzar en la entrada de esta curiosa sima, seguimos bajando hasta encontrar los cultivos. Llegamos a un camino que nos saca del Barranco del Bonaire y nos acerca al punto de inicio en La Alquería. La ruta no ha sido muy larga, pero sí interesante y entretenida. El tiempo empleado ha sido de tres horas. El desnivel 269 metros.
Cueva del Peligro
Erosión en la Cueva del Peligro


No hay comentarios: