domingo, 7 de junio de 2009

Jumilla-La Dehesilla

Día 6 de junio de 2009. Ruta seminocturna, la del mes de junio programada por el Grupo Hinneni. Buen tiempo, sin calor, nublado y en la última parte de la ruta una lluvia no muy intensa que ha refrescado más el ambiente, ya que en la casa de Antonio había 13º.

Hemos hecho la ruta cerca de 30 senderistas en animada tertulia y buen ambiente.
Hemos iniciado la marcha en la sede del grupo y hemos cruzado toda la huerta hasta la rambla del Morrón hasta la altura del Cordel de los Jinetes, una vía pecuaria, donde hemos salido de la rambla para iniciar la subida a la Peladilla. Conforme vamos subiendo, el paisaje de la vega jumillana se ve en toda su amplitud a los pies de la ciudad.

Pasamos el bosque de la Peladilla, por la umbría de la Sierra dl Molar y llegamos a la Hoya Alta, preludio de la vega de la Casa Castillo, entre unos preciosos bancales de almendros. En la Hoya Alta paramos en la Casa Majuelera del Tio Molina. La casa esta abierta y perfectamente cuidada al igual que otras casas majueleras de la Casa Castillo, arregladas con la colaboración de los dueños de la finca y que pueden visitarse sin ningún problema.

La casa majuelera es un tipo de vivienda rural típica del Altiplano. Se trata de una finca de pequeños propietarios y su nombre deriva de la importancia vinícola de la zona. Cuando el agricultor adquiría unos terrenos, construía esta sencilla morada en la que animales y personas compartían el mismo techo y plantaba el manjuelico (viñedo). Suelen tener la entrada con la chimenea, una habitación para las personas y otra, la cuadra, para las mulas. También está un amasador y una aljibe.
Este tipo de casa servía de morada eventual al agricultor, pero en la época de recolección se trasladaba a ella con su familia.




Mirad que bonica es esta posía que había en la chimenea de la casa, escrita por la nieta del tio Molina.

AQUELLA CASICA
En la Hoya Alta
a orilla del monte,
hay una casica
como una flor blanca
rodeada de almendros.
¡Y es tan bonica!
Sus cuatro paredes
desprenden retazos
de tiempos pasados,
de carros, de mulas,
de cargas de uva,
de vida y trabajo.

Cobija su techo…
su porche, su cuarto,
su aljibe y su cuadra,
su poyo y la chimenea
donde mi madre guisaba.
Me gusta ir a verla
porque la hizo mi abuelo,
mi abuelo Molina.
Me gusta ir a verla
porque yo en su puerta
de niña jugaba.
Me subía al monte y
desde allí cantaba.

Mi padre y mi hermano
un coche me hicieron
con un capacico
pa que yo montara.
Y con trenzas de majas
de esparto, por el caminico,
mi hermano del coche tiraba.
Hoy he vuelto a verla,
y al estar cerquica
un tumulto de emociones
sentí al verla tan linda.
Aquella casica
que hizo mi abuelo
en aquellos tiempos
rodeada de viñas,
parece una novia,
está remozada.
Me gusta ir a verla
y al pisar las piedras
que su porche guarda
fluyen a mi mente
aquellos recuerdos
que llevo muy dentro,
muy dentro del alma.
(Ana Antonia Alonso Molina
Marzo de 2001).

Salimos de la Hoya Alta y entramos en la Casa Castillo. Los almendros se convierten en viñedos, primorosamente cultivados, perfectamente labrados, escardados y cuidados, preparados para dar las uvas que nos proporcionarán esos exquisitos caldos tan famosos.

La noche se nos echa encima y las primeras gotas de agua. Nos adentramos en la senda que nos lleva a los Gargantones, conocida por los ciclistas como senda de Bartolo. Al llegar al camino, tomamos a la izquierda en dirección a la Dehesilla. Bajamos hacía el llano. Cerca, la rambla de los Gargantones desagua hacía esta vega, para por el Estrecho de la Deshilla, terminar en la Rambla del Judío en dirección al río Segura. Hemos terminado la ruta en la casa de Antonio Carrión, miembro del club, en la carretera que pasa por este campo.

4 horas y 10 minutos de marcha, de los cuales 20 minutos han sido para descansar. 18,74 kilómetros recorridos.
Aqui podéis ver la ruta sobre el terreno:



Ver Jumilla-La Deshilla en un mapa más grande

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